Un reciente estudio publicado en la revista Nature por el biólogo británico Joel Gayford revela que la interacción humana ha afectado el comportamiento y el entorno de los tiburones ballena, el pez más grande del mundo que se ha convertido en una popular atracción turística. A diferencia de estudios anteriores, Gayford utilizó drones para observar los movimientos de los tiburones ballena sin perturbar su comportamiento natural.

Los hallazgos indican que la presencia de humanos aumenta la probabilidad de cambios en el comportamiento de los tiburones ballena, como períodos prolongados de alteración, un mayor gasto de energía y una reducción de la velocidad. Estos cambios en el comportamiento pueden tener un impacto significativo conocido como cascadas tróficas, afectando la abundancia de especies en todo un ecosistema.

Los tiburones ballena desempeñan un papel fundamental en la transferencia de nutrientes entre ecosistemas. Por lo tanto, cualquier cambio en su preferencia de hábitat o dificultades para encontrar alimento puede tener efectos duraderos en el ciclo de nutrientes. Las actividades derivadas de la interacción humana pueden tener efectos desastrosos en la migración, reproducción y otras formas de vida.

Respetar el espacio de los tiburones ballena puede ser un desafío debido a su popularidad. Las pautas proporcionadas por los guías incluyen no tocar, montar o interponerse en el camino de los animales. Sin embargo, el cumplimiento de estas reglas ha sido deficiente, especialmente en áreas con alta actividad turística. La bióloga marina Irene Gómez ha observado que muchas personas no cumplen con las reglas de convivencia y, como resultado, un número significativo de tiburones ballena han resultado heridos, principalmente debido a cortes causados por las hélices de las embarcaciones.

Para prevenir cambios negativos en el comportamiento de los tiburones ballena, Gayford sugiere aumentar la distancia mínima entre los humanos y los tiburones. Se han observado cambios similares en el comportamiento de otras especies, y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas de México ya ha tomado medidas suspendiendo el turismo de tiburones en ciertas áreas debido a prácticas inseguras.

El ecoturismo, un estilo de vacaciones que busca ser más responsable con la naturaleza, también puede tener impactos ambientales negativos si no se gestiona adecuadamente. La contaminación, la degradación del ecosistema y la alteración de los hábitos de los animales son algunos de los efectos potenciales. Por lo tanto, hacer cumplir normas y comportamientos responsables es esencial para mantener la verdadera esencia del ecoturismo.

El estudio destaca la necesidad de colaboración entre científicos y operadores en la industria del ecoturismo para garantizar la seguridad de especies como los tiburones ballena. Con una integración y cooperación adecuadas, es posible crear un equilibrio entre la interacción humana y la conservación de estas magníficas criaturas.

Fuentes:
– Joel Gayford, biólogo británico, estudio en Nature.
– Irene Gómez, bióloga marina de la Universidad de Granada.
– Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas de México.
– Investigación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).