Un estudio publicado en The Astronomical Journal ha revelado evidencias intrigantes de la existencia de un noveno planeta en nuestro sistema solar. El artículo explora las órbitas peculiares de los objetos en el distante Cinturón de Kuiper, una región en forma de disco más allá de Neptuno que alberga planetas enanos y numerosos objetos transneptunianos (OTNs).

Investigaciones anteriores ya habían propuesto la existencia de un noveno planeta basándose en observaciones de OTNs como Sedna, pero esta nueva investigación presenta una perspectiva diferente. El estudio sugiere que la órbita altamente excéntrica y alargada de Sedna, junto con las órbitas inclinadas de otros OTNs, puede explicarse por la presencia de un planeta del tamaño de la Tierra.

Según las simulaciones por computadora, este planeta hipotético tendría entre 1.5 y 3 veces la masa de la Tierra y estaría ubicado entre 250 y 500 veces la distancia entre la Tierra y el sol. Su órbita también estaría inclinada en un ángulo de 30° respecto al plano del sistema solar, fenómeno conocido como «escenario del planeta del Cinturón de Kuiper».

El descubrimiento de un planeta del tamaño de la Tierra en la parte exterior del sistema solar tendría profundas implicaciones para la ciencia planetaria. Requeriría una reevaluación de la definición de planeta y potencialmente establecería una nueva clase de planetas. Además, las teorías sobre la formación del sistema solar y el desarrollo planetario necesitarían ser revisadas.

La teoría puede ser probada buscando un grupo de OTNs aproximadamente a 150 veces la distancia entre la Tierra y el sol. La detección de tales objetos serviría como evidencia de la existencia del noveno planeta. Incluso el descubrimiento de algunos nuevos OTNs podría revolucionar nuestra comprensión de los orígenes del sistema solar.

En conclusión, la posibilidad de un noveno planeta en nuestro sistema solar presenta una emocionante vía para una mayor exploración y reevaluación de nuestro conocimiento sobre las regiones más alejadas de nuestro vecindario celestial.

Fuentes:
– The Astronomical Journal
– The Conversation