Un grupo de investigadores ha realizado un descubrimiento sorprendente acerca de las habilidades cognitivas de las medusas Caribbean box, revelando que estas criaturas sin cerebro poseen una capacidad inesperada para aprender a partir de estímulos visuales. Esta forma de aprendizaje, conocida como aprendizaje asociativo, implica el reconocimiento y la conexión de estímulos visuales con resultados específicos, lo que permite a las medusas adaptarse y evitar obstáculos en su entorno.

En un experimento llevado a cabo por biólogos marinos de la Universidad de Copenhague, las medusas Caribbean box fueron colocadas en un tanque con paredes de vidrio adornadas con franjas de distintas tonalidades, simulando la complejidad visual de las raíces de los manglares. Sorprendentemente, en tan solo entre tres y seis intentos, las medusas aprendieron rápidamente a navegar por secciones donde las barras eran menos visibles. Sin embargo, si las franjas se hacían más conspicuas o se eliminaban por completo, las medusas tenían dificultades para encontrar el camino.

Este estudio desafía la creencia de que el aprendizaje y las habilidades cognitivas complejas están reservadas exclusivamente para criaturas con cerebros más grandes. A pesar de poseer solamente una fracción de las neuronas que se encuentran en otros animales, las medusas Caribbean box demuestran una tasa comparable de aprendizaje. Esto sugiere que la capacidad de aprender a través de la asociación puede ser una propiedad fundamental de los sistemas nerviosos, que se remonta a millones de años en un ancestro común compartido por las medusas y animales más avanzados.

Las implicaciones de este descubrimiento van más allá de la mera curiosidad científica. Comprender cómo estas criaturas sin cerebro logran tales habilidades de aprendizaje puede tener implicaciones significativas para campos como la neurociencia y la inteligencia artificial. Además, nos impulsa a reevaluar nuestra comprensión de la inteligencia y la cognición, y cómo han evolucionado a lo largo de millones de años.

En conclusión, esta investigación innovadora pone de relieve los misterios que aún quedan por descubrir en el mundo natural. La revelación de habilidades de aprendizaje tan sofisticadas en organismos aparentemente simples nos anima a adoptar una perspectiva más amplia sobre la inteligencia y nos recuerda que puede estar mucho más extendida en el reino animal de lo que se imaginaba anteriormente.

Fuentes:
– Universidad de Copenhague
– Journal of Experimental Biology