Un equipo de investigadores australianos de la Universidad de Curtin en Perth ha realizado importantes descubrimientos sobre los orígenes de los diamantes rosados. Estas gemas raras y valiosas, conocidas por su impresionante color rosado, se formaron hace más de 1.300 millones de años durante la ruptura de un supercontinente temprano. Los diamantes rosados, que en realidad son diamantes dañados con una red cristalina distorsionada, ofrecen una belleza única, pero tienen un alto costo.
La mayoría de los diamantes rosados en el mundo, más del 90 por ciento, provienen de la mina Argyle, que ahora está cerrada, en Australia Occidental. De cada mil gemas, solo algunas eran las codiciadas piedras rosadas. El equipo de investigación liderado por el Dr. Hugo Olierook estimó que estos diamantes fueron empujados hacia la superficie de la Tierra durante la desaparición de Nuna, uno de los supercontinentes más antiguos. Esto sugiere que otras uniones continentales antiguas podrían albergar más de estas vibrantes gemas.
Los diamantes de Argyle se formaron en lo profundo del subsuelo cerca de las raíces continentales estables. A medida que los continentes chocaron para formar Nuna, la presión generada cerca del borde noroeste de Australia hizo que los diamantes, antes transparentes, cambiaran de color. Una investigación realizada por el Dr. Robert Pidgeon y su equipo a fines de la década de 1980 sugirió que la erupción que llevó los diamantes a la superficie ocurrió aproximadamente hace 1.200 millones de años. Sin embargo, la precisión de esta estimación se cuestionó debido a posibles alteraciones causadas por un antiguo lago.
Utilizando tecnología avanzada de rayos láser, los investigadores lograron obtener una estimación más precisa de la edad de las rocas de Argyle. Su análisis reveló que la erupción ocurrió hace aproximadamente 1.300 millones de años, coincidiendo con el momento de la ruptura de Nuna. El adelgazamiento del borde continental durante esta ruptura facilitó probablemente el movimiento de magma rico en diamantes hacia la superficie.
La conexión entre la fragmentación continental y la formación de diamantes no es un concepto nuevo, pero sigue siendo objeto de debate. El nuevo estudio contribuye a una mejor comprensión de cómo la ruptura de un supercontinente puede desencadenar erupciones ricas en diamantes. Sin embargo, todavía hay preguntas sin respuesta sobre la abundancia de carbono necesaria para la formación de los diamantes de Argyle.
Esta investigación representa un avance significativo en la comprensión del complejo proceso que condujo a la creación de los diamantes rosados únicos y valiosos de Argyle. Aún se requieren estudios adicionales para proporcionar una comprensión completa de este sistema antiguo. Como ocurre con muchos aspectos de la naturaleza, seguramente seguirán surgiendo sorpresas.