Los 150 presos de las cárceles de Coimbra, Paços de Ferreira y Oporto que participan en la construcción de confesionarios para la Jornada Mundial de la Juventud serán pagados por la Iglesia, según se anunció hoy.

La Fundación Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Lisboa 2023 y la Dirección General de Reinserción y Servicios Penitenciarios (DGRSP) firmaron hoy un protocolo de colaboración para la construcción de 150 confesionarios para la JMJ, que se celebra en Lisboa entre el 01 y el 06 de agosto, con el objetivo de involucrar a la población reclusa en la preparación “del mayor encuentro internacional de jóvenes con el Papa Francisco”.

Los confesionarios se realizarán en las cárceles de Coimbra, Paços de Ferreira y Oporto, implicando a 50 reclusos de cada una de las prisiones, y el trabajo que realizarán a partir de ahora será costeado por la Iglesia, que también comparte los materiales.

“Por nuestra parte, es nuestra responsabilidad entregar las materias primas necesarias, pinturas y madera a cada prisión, y también el pago a cada prisión para que cada preso pueda recibir la retribución por su trabajo”, dijo a los periodistas el presidente de la Fundación JMJ, el obispo Américo Aguiar.

Según él, la Iglesia pagará por cada confesionario unos 80 euros.

Américo Aguiar afirmó que los confesionarios “son muy fáciles de montar” y la madera es reciclada, con posibilidad de ser reciclada de nuevo, o de que alguna comunidad se quede con los confesionarios y con un recuerdo de la JMJ.

El Obispo Auxiliar de Lisboa expresó también el deseo de que los presos participen en la JMJ, especialmente los más jóvenes o los que participarán en la elaboración de los confesionarios, subrayando que esta participación tendría en cuenta todas las cuestiones de seguridad.

El presidente de la Fundación JMJ recordó que el Papa Francisco ha visitado prisiones en anteriores Jornadas de la Juventud.

Los 150 confesionarios se instalarán en el Parque del Perdón, que forma parte de la llamada Ciudad de la Alegría de la JMJ, en Belén, y en cada uno de ellos, en diferentes idiomas, habrá un sacerdote para “acoger y escuchar a los jóvenes peregrinos”, según la organización.

Los confesionarios, diseñados por voluntarios, se inspiran en una casa abierta, que recuerda a las casas típicas de algunas regiones de Portugal, de color blanco y con una franja amarilla, que permite el diálogo cara a cara entre el joven y el sacerdote.

En otras ediciones de las Jornadas Mundiales de la Juventud también fueron los reclusos quienes construyeron los confesionarios.

Para la DGRSP, la participación de la comunidad es un componente esencial del trabajo de formación y reinserción de la población reclusa.

“Independientemente de que los internos sean creyentes o no, participar en esta construcción puede llevar a una reflexión interna”, afirmó el Director General de Reinserción y Servicios Penitenciarios, Rui Abrunhosa Gonçalves, en la ceremonia, a la que también asiste el Subsecretario de Estado y Justicia, Jorge Alves Costa.

La JMJ, considerada el mayor acontecimiento de la Iglesia Católica, se celebrará este año en Lisboa, entre el 1 y el 6 de agosto, con la presencia del Papa Francisco y en la que se esperan cerca de 1,5 millones de personas.